MOTIVACIÓN
La motivación hace referencia a todas aquellas actuaciones de la empresa
encaminadas a comprometer a su personal con vista a conseguir de ellos
un fuerte compromiso con el trabajo, y en nuestro caso de estudio en
particular, con el proceso de solución de problemas.
Cuando una organización introduce el trabajo en equipo debe tener en
cuenta que a partir de ese momento tendrá que aplicar un doble esquema
de motivaciones. Uno dirigido al equipo y otro dirigido al individuo.
La organización debe conseguir que el equipo esté motivado si quiere que
rinda al máximo y para ello no es suficiente con que lo estén algunos de
sus miembros y otros no. La empresa debe cuidar una serie de factores
para conseguir comprometer al equipo:
• Proyectos a la altura de las expectativas creadas: Proyectos
exigentes, que supongan un auténtico desafío. No se puede reunir
un grupo de profesionales, comprometerlos, y luego encomendarles un
trabajo gris, anodino, etc. No se pueden defraudar las expectativas
creadas.
• Autonomía: Darle al equipo la oportunidad de organizarse, planificar
su trabajo y tomar sus decisiones. La empresa debe exigir unos
resultados determinados pero debe conceder margen de actuación.
• Reconocimiento económico en función del resultado alcanzado: Si
se exige a la gente que se sacrifique, que se entregue en el trabajo,
hay que recompensarles económicamente; no valen únicamente
buenas palabras y promesas futuras.
• Alcanzar metas: También resulta muy motivador para el equipo el ir
alcanzando metas parciales, aunque sean pequeñas. De ahí la
importancia de no fijar únicamente una gran meta final, sino de
establecer también objetivos intermedios que el equipo pueda tratar de
alcanzar con cierta rapidez. Un éxito temprano contribuye a aumentar
la autoconfianza del equipo.
• Motivación individual de los miembros del equipo: Aunque el
equipo de trabajo exige al miembro renunciar en gran medida a su
lucimiento personal anteponiendo el interés del equipo, siempre le va a
seguir preocupando su situación particular. Es imposible motivar a un
equipo si individualmente sus miembros no lo están.
• Escala de valores: Cada empleado es diferente y tiene su propia
escala de valores. Lo que motiva a uno puede ser diferente de lo que
motiva a otro, pero en mayor o menor medida hay una serie de
objetivos que cualquier empleado busca en su trabajo, tales como:
- Tener un sueldo que le permita cubrir con cierta holgura sus
necesidades económicas.
- Formarse, es decir, que el día a día le permita crecer
profesionalmente.
- Hacer carrera en la empresa, ir asumiendo responsabilidades,
poder tomar decisiones, poder innovar, etc.
- Un buen ambiente de trabajo, exigente pero de respeto, con una
relación fluida con su jefe, que se le trate como profesional y no
como un simple subordinado.
Finalmente, el empleado siempre valorará un reconocimiento del jefe (a
veces puede resultar más motivador que una recompensa económica). El
jefe del equipo debe ser generoso ante los éxitos de sus colaboradores,
reconociéndolos públicamente delante del resto del equipo. Además debe
ser comprensivo ante los errores si éstos se producen a pesar de que se
haya puesto empeño y seriedad en el trabajo. Lo que no debe tolerar será
la falta de dedicación y de profesionalidad, y la improvisación.
Tomado de http://www.aulafacil.com/Trabequipo/Lecc-18.htm
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