El pergamino número cuarto
Soy el milagro más grande de la naturaleza.
Desde el comienzo del mundo, nunca ha existido otro con mi mente, mi corazón,
mis ojos, mis oídos, mis manos, mi cabello, mi boca. Nadie ha podido, ni puede
ni podrá caminar y andar y moverse y pensar exactamente como yo. Todos los
hombres son hermanos míos y sin embargo soy diferente de cada uno de ellos. Soy
una criatura única.
Soy el milagro más grande de la naturaleza.
Aunque figuro en el reino animal, lo animal
solo no me satisfará. Dentro de mí arde una llama que ha pasado a través de
incontables generaciones, y su calor constituye un constante incentivo para mi
espíritu de ser mejor de lo que soy y lo seré. Avivaré esta llama de la
disconformidad y proclamaré mi singularidad ante el mundo.
Nadie puede manejar el pincel ni el cincel
como yo; nadie puede imitar exactamente mi caligrafía; nadie podrá engendrar a
mi hijo y en realidad nadie tiene la habilidad de vender exactamente como yo.
De aquí en adelante, me aprovecharé de esta diferencia puesto que es un factor
que debo promover hasta lo sumo.
Soy el milagro más grande de la naturaleza.
No haré más intentos vanos de imitar a
otros. En cambio exhibiré mi singularidad en el mercado. La proclamaré, sí la
venderé. Comenzaré ahora a acentuar mis diferencias; a ocultar mis similitudes.
Así también aplicaré este principio a las mercancías que vendo. Un vendedor y
su mercancía, diferente de todos los demás, y orgulloso de la diferencia.
Soy un ser único de la naturaleza.
Soy una cosa rara, y existe valor en todo
lo raro; por lo tanto soy de valor. Soy el resultado de miles de años de
progreso; por lo tanto estoy mejor equipado, tanto mental como corporalmente,
que todos los emperadores y sabios que me precedieron. Pero mi habilidad, mi mente,
mi corazón y mi cuerpo se estancarán, se corromperán y morirán a menos que les
dé buen uso. Tengo un potencial ilimitado. Empleo solo una pequeña porción de
mi cerebro; ejercito solo una ínfima porción de mis músculos. Puedo mejorar en
un ciento por ciento más mis éxitos de ayer, y esto haré, a comenzar desde hoy.
Nunca jamás quedaré satisfecho con los éxitos del ayer, ni me entregaré tampoco
a la alabanza personal por hechos que en realidad son demasiado pequeños para
aún ser reconocidos. Puedo realizar mucho más de lo que he realizado y lo haré,
porque ¿por qué razón el milagro que me produjo debe terminar con mi
nacimiento? ¿Por qué no puedo extender ese milagro a mis hechos de hoy?
Soy el milagro más grande de la naturaleza.
No estoy de casualidad en esta tierra.
Estoy aquí con un propósito, y ese propósito es crecer hasta convertirme en
montaña, y no encogerme hasta parecer un grano de arena. De aquí en adelante
concentraré todos mis esfuerzos a transformarme en la montaña más elevada de
todas, y exigiré a mi potencial hasta que me pida tregua.
Acrecentaré mis conocimientos de la
humanidad, de mí mismo, y de las mercancías que venda, de manera que mis ventas
se multiplicarán. Practicaré y mejoraré y puliré las palabras que pronuncio
para vender mis mercancías, porque éste es el cimiento sobre el cual edificaré
mi carrera y nunca me olvidaré que muchos han alcanzado grandes riquezas y
éxito mediante un solo discurso de ventas pronunciado con excelencia. Asimismo
procuraré constantemente mejorar mis modales y atractivos, puesto que son el
azúcar hacia la cual todos son atraídos.
Soy el milagro más grande de la naturaleza.
Concentraré todas mis energías a hacer
frente al desafío del momento, y mis actos contribuirán a que me olvide de todo
lo demás. Los problemas de mi casa los dejaré en casa. No pensaré en mi familia
cuando estoy en el mercado, porque esto ensombrecerá mis pensamientos. De igual
manera los problemas inherentes al mercado serán dejados en el mercado y no
pensaré en mi profesión cuando estoy en mi casa, puesto que esto apagará mi
amor. No hay lugar en el mercado para mi familia, ni hay lugar tampoco en mi
casa para el mercado. Divorciaré al uno del otro y de esta manera permaneceré
unido a ambos. Deben permanecer separados o morirá mi carrera. Esta es la
paradoja de los siglos.
Soy el milagro más grande de la naturaleza.
Se me han dado ojos para que vea y una
mente para que piense y ahora sé un gran secreto de la vida porque percibo por
fin que todos mis problemas, mis desánimos y sufrimientos son en realidad
grandes oportunidades veladas. Nunca me engañaré por el disfraz que lleven,
porque mis ojos están abiertos. Miraré más allá del disfraz y no seré engañado.
Soy el milagro más grande de la naturaleza.
Ni las bestias, ni las plantas, ni el viento,
ni la lluvia, ni las rocas, ni los lagos tuvieron el mismo comienzo que yo,
porque fui concebido con amor y traído a este mundo con un propósito. En el
pasado no consideré esta verdad, pero desde ahora en adelante le dará forma a
mi vida y la guiará.
Soy el milagro más grande de la naturaleza.
Y la naturaleza no conoce derrota. Con el
tiempo, emerge victoriosa, y así lo haré yo, y con cada victoria la próxima
lucha no será tan difícil. ¡Venceré, y me convertiré en un Gran Vendedor,
puesto que soy único, singular!
Soy el milagro más grande de la naturaleza.
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