martes, 23 de abril de 2013

Como financiar un emprendimiento


Como financiar un emprendimiento



La falta de dinero es uno de los mayores obstáculos a la hora de comenzar un emprendimiento. Pero como decimos en nuestro sitio web, nada debe ser considerado como imposible por un buen emprendedor.

De acuerdo al emprendimiento que vas a desarrollar requerirás una mayor o menor cantidad de dinero para financiar su lanzamiento y primeros pasos.
Muchas veces la emprendedora  de catalogo cuenta con este dinero, pero en la mayoría de los casos no, o no tiene suficiente. Sin embargo su espíritu de crecimiento le dice que esto no es motivo para detenerse y se embarca en la búsqueda de recursos para tal fin.

Aquí comienza nuevamente a jugar la imaginación, creatividad e ingenio del emprendedor, ya que si bien existen fuentes convencionales para acceder al dinero como créditos bancarios, la mayoría de las veces son inaccesibles o riesgosos por lo que se debe intentar crear nuevas estrategias e ingeniosas ideas para conseguirlo.

Lo primero que debes hacer es determinar con la mayor exactitud posible cuánto dinero necesitas. Para esto debes realizar un “plan de negocios”, el cual puede ser más o menos complejo de acuerdo a la dimensión del emprendimiento.
Si por ejemplo, el emprendimiento será sencillo y consistirá en comprar 10 colmenas de abejas con todos sus accesorios para montarlas en un campo prestado y al cabo de unos meses vender la miel a una cooperativa, bastarán algunas cuentas hechas con precisión y si es posible con la ayuda de un Contador, donde se describirán todos los gastos a realizar, mano de obra, tiempo en el que comenzarán las colmenas a producir miel, plazo estimado para las primeras ventas, precio estimado del litro o barril de miel,  posibles dificultades que podrían presentarse, etc.

En caso de tratarse de un emprendimiento más complejo, deberás solicitar ayuda profesional para determinar el monto total más probable de la inversión inicial, los posibles plazos en los que comenzará el retorno y con qué utilidad.
Una vez que tengas determinado el monto de dinero a reunir deberás comenzar a evaluar distintas opciones e ideas.

En el suplemento “El Empresario” del diario “El País” de fecha 21/10/2005 – AÑO I – Nº 19, se publicó un interesante artículo al respecto que transcribimos fielmente para que puedas reflexionar y analizar.
Ahorros personales: Es la fuente más utilizada para financiar un emprendimiento. Puede que lleve algo de tiempo acumular una determinada suma, sin embargo, trazando un plan de ahorros con disciplina, obtendrá el capital necesario sin tener que rendir cuentas por el mismo. Recuerde: “la mejor manera de conseguir dinero es recortando los gastos”. Otra forma de financiar un nuevo emprendimiento, es con fondos extraídos de una actividad paralela hasta que el primero logre autonomía.
Crédito personal: Muchos emprendedores recurren a las tarjetas de crédito para financiar sus comienzos. Si bien las tasas de interés de las tarjetas suelen ser más elevadas, proporcionan crédito cuando los bancos se niegan a hacerlo. Otra modalidad es el contrato de leasing que, mediante pagos en forma de arriendo durante un plazo determinado, posibilitan la compra del bien luego del vencimiento del mismo. Los requisitos son generalmente menores que para un crédito bancario, y el propio bien, suele constituirse como la garantía de la operación.

Familia y amigos: Es común que el núcleo cercano al emprendedor, lo ayude financieramente. El mayor riesgo consiste en dañar las relaciones personales, ya sea por la mala marcha del negocio, o por diferencias en cómo gestionar el mismo. Para evitar malos entendidos, conviene poner por escrito, el plazo, condiciones de repago, responsabilidades, y dejar bien en claro sus derechos para evitar una posible intromisión en las decisiones del negocio.

Activos secundarios: Si bien sucede en la realidad, nunca hipoteque su vivienda para conseguir capital que financie una idea de negocio. En caso de irle mal, usted y su familia correrán el riesgo de quedar sin un techo. Es común y más recomendable, la venta o prenda de activos secundarios tales como un automóvil, electrodomésticos u otros objetos de valor, que proporcionan liquidez sin suponer un riesgo importante frente a una eventual pérdida.

Inversores ángeles: La elección de socios capitalistas no debe tomarse a la ligera, ya que a cambio del capital recibido, se perderá propiedad y control sobre el negocio. A diferencia de los anteriores, el inversionista “ángel” se distingue por aportar no solo su dinero, sino su experiencia, red de contactos y consejos, todos ellos más valiosos que el dinero mismo. Suelen ser ex-empresarios o particulares con capital ocioso, que apuestan a proyectos con potencial, si se sienten motivados y contagiados por el impulso y energía de sus promotores.

Segunda mano: Evite en los comienzos, comprar nuevo, aquello que pueda conseguir usado. Ya sea que compre en remates o pida el bien prestado, se ahorrará grandes desembolsos iníciales. A medida que la empresa crezca, podrá ir renovando el equipamiento de acuerdo a las necesidades. Siempre suele utilizarse el paradigma del emprendedor exitoso, que comenzó desde el garaje de su casa para forjar un imperio. Si bien no siempre es así, un comienzo humilde, utilizando creativamente los recursos disponibles, le permitirá iniciar un negocio con escaso capital.

Capacidad ociosa: El tamaño del mercado y la ineficacia de los procesos, lleva a la existencia de abundante capacidad instalada ociosa que pueda ser aprovechada. En lugar de comprar maquinaria y otros bienes de capital, es posible contratar tiempo de fabricación o espacio comercial, en instalaciones ajenas. Los inventarios son otra forma común de inmovilizar capital, volcándose fondos a la espera de una venta futura. Si bien una política de inventarios “just in time” es muy difícil en estos países, procure mantener el stock mínimo necesario para no parar las operaciones, hasta el próximo abastecimiento del proveedor.
Crédito de proveedores: Venda al contado y pague a crédito. Extienda al máximo el plazo de pago a proveedores, y obtendrá liquidez para comenzar a operar. A diferencia de la compra a crédito, la mercadería en consignación reduce el riesgo de no vender los productos, devolviéndolos al proveedor en caso de no ser colocados. Analice la posibilidad de conseguir patrocinadores, u ofrecer ventas exclusivas a cambio de stock, material promocional, mejores precios, plazos de pago y entrega. Otra modalidad utilizada, es la del “factoring” o descuento de facturas de créditos por cobrar.

Canje: Es la forma más antigua de comercio, en épocas donde no existían medios de pago. Hoy en día, el canje continúa siendo utilizado cuando la moneda escasea, ya que se elimina la necesidad de desembolsar dinero en efectivo. Puede que deba realizar varias transacciones, antes de obtener algo agradable para la parte interesada.
Reinversión: Por último, reinvierta parte de las utilidades generadas por la empresa, con el fin de autofinanciar su crecimiento. Si bien este podrá ser lento, evita la pesada carga del endeudamiento, y de tener que resignar propiedad y control del negocio.
Estimado amigo emprendedor, nunca olvides que si bién todos estos pasos pueden parecer complicados ningún esfuerzo es demasiado cuando se trata de alcanzar tus sueños, mejorar tu calidad de vida y la de tus seres queridos.


¡Anímate a emprender!

Nota:
Estos son solo tips para tomar decisiones de esta índole consulte con su especialista de confianza

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